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Los beneficios económicos y de salud de una adecuada rehabilitación

La Fundación está participando en la Setmana de la REhabilitació, que está teniendo lugar esta semana en Barcelona.

La Fundación La Casa que Ahorra, representada por su gerente, ha aportado su experiencia y conocimiento en rehabilitación energética en esta cita, a través de dos intervenciones, relacionadas con la rentabilidad de invertir en una vivienda energéticamente eficiente y con sus beneficios para la salud de las familias.

Una forma de inversión saludable, eficiente y además rentable económicamente. Ese es el mensaje que Albert Grau, gerente de La Fundación La Casa que Ahorra transmitió a los asistentes con su intervención en la primera de las jornadas organizadas por la Setmana de la REhabilitació, que arrancó el lunes 20 de noviembre en Barcelona, y que se prolongará hasta el viernes 24.

Considerar la rehabilitación como una “inversión rentable para la familia”

Grau, que estuvo acompañado por Josep Ramón Fontana, jefe del Departamento de Mercados de ITeC, participó en la ponencia “Hacia una rehabilitación energética” con una temática que en la Fundación conocen muy bien: Rehabilitar energéticamente la vivienda: ¿un buen plan de pensiones? La Rehabilitación energética como inversión familiar. Y es que La Casa que Ahorra cuenta con un detallado estudio, elaborado en colaboración con el ITeC, que pone de manifiesto la rentabilidad de esta inversión.

Según el gerente de La Casa que Ahorra, para analizar correctamente esta afirmación es necesario “no limitarse a comparar el coste de la operación con el ahorro que genera, como algo puntual en el tiempo”. En el caso que plantea Grau ese ahorro es un “beneficio que perdura en el tiempo de vida útil de la vivienda y no nos deja sin dinero en el banco cuando más lo necesitamos, en la época de la jubilación”. Por lo que la rehabilitación energética es una buena inversión para aquellas familias que no esperen un retorno inmediato, sino para las que piensen a largo plazo. Y es en este punto en el que se plantea la comparativa: ¿es comparable a un Plan de Pensiones?

El estudio realizado por la Fundación La Casa que Ahorra plantea unos escenarios de rehabilitación de dos tipologías de vivienda (una unifamiliar y otra plurifamiliar), a las que se someten a dos tipos de rehabilitación, calificación “C” y “B”. En paralelo se propone que ese mismo dinero, que se hubiese invertido en rehabilitar estas viviendas, se destine a un Plan de Pensiones, en condiciones de mercado, durante un periodo de 30 años. Por definirlo fácil, una familia en que los padres rondan los 50, hasta llegar a lo que sería a la esperanza de vida actual.

A la vista de los datos el balance de ambos planteamientos evoluciona en el tiempo de forma muy diferente, pero los resultados son evidentes: “en el año 30, el plan de pensiones ya se ha agotado, pero se debe seguir haciendo frente a los gastos energéticos de la vivienda sin rehabilitar. Mientras, que el dinero invertido en rehabilitar sigue ofreciendo unos ahorros en la factura energética que llegan a ser de una cuantía cercana al 70% de la cuota anual de capitalización del plan”, concluye Grau.

La mejora de la salud como “objetivo” de una rehabilitación

La segunda de las intervenciones, que tuvo lugar la mañana del miércoles 22 de noviembre, tuvo como protagonista la salud de los ocupantes, vinculada a la relación existente con unas condiciones inadecuadas de la vivienda. Tomando como referencia también un estudio, en este caso elaborado por el IREC y patrocinado por la Fundación, se pone de manifiesto que existe una vinculación clara de cómo diferentes problemas y patologías de las viviendas pueden tener influencia sobre la salud, llegando incluso a aumentar la mortalidad.

Según Grau, “problemáticas como las temperaturas frías en invierno, elevadas en verano, problemas de humedades, hongos, mala calidad del aire y elevados niveles de ruido son factores a tener en cuenta en nuestros hogares”. No se trata de casos aislados, puesto que los estudios demuestran que nivel europeo, alrededor del 15% de las viviendas tiene problemas de humedades, el 10% de hongos y el 22% de ruido. Todas estas problemáticas se relacionan a dolencias graves de salud de una forma directa, por lo que se ha de tener muy en cuenta. Finalmente, el gerente puso sobre la mesa el ahorro en costes sanitarios (p.e. hospitalización y medicación) así como laborales (bajas) que impactarían positivamente en la Administración Pública cada año, evaluados en 380 €/año·viv, lo que podría superar más de 550 M€ en caso de actuar en aquellas viviendas que se consideran en pobreza energética.

La Fundación La Casa que Ahorra (FLCQA), como entidad integrada por empresas líderes en el ámbito de la construcción, y cuyo objetivo principal es sensibilizar a la sociedad sobre la necesaria y beneficiosa eficiencia energética en la edificación, ha contado con una presencia destacada en este encuentro.

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