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A la hora de comprar una vivienda

Una mala decisión de compra se toma una vez, pero en el caso de una vivienda poco eficiente, sus consecuencias se mantienen a lo largo de toda su vida útil. Por tanto, es esencial que a la hora de adquirir una vivienda en propiedad sepamos qué comportamiento energético tiene desde el principio. Es importante también que nos interesemos por la calidad del aislamiento que tiene porque vamos a ser sus propietarios y tendremos que hacernos cargo de su factura energética.

En la actualidad, es posible comprar una casa con una garantía escrita que nos revela su comportamiento energético. Esa garantía la otorga la Etiqueta de Eficiencia Energética, en virtud del Real Decreto 47/2007 y debe incluirse en toda la publicidad utilizada en la venta o arrendamiento del edificio.

La etiqueta está formada por una escala de siete letras y siete colores, que determinan la clase energética de cada edificio, pudiéndose situar ésta entre el más eficiente (clase A) y el menos eficiente (Clase G). Los tramos de la A la clase E son obligatorios para nuevos edificios, y las clases F y G sirven para certificar edificios más antiguos o que han acometido rehabilitaciones. Estos dos últimos tramos están prohibidos, sin embargo, para los de nueva construcción.

Así, por ejemplo, un edificio de clase A en eficiencia energética representa hasta un 90% de ahorro energético; uno de clase B en torno al 70%; y la clase C, un 35%.

¿ Cómo es una casa que ahorra ?

La Casa que Ahorra es tan confortable como una casa convencional, o incluso más, pero demanda entre un 70% y un 90% menos de energía.

Aislamiento óptimo

Tendemos a pensar que la ineficiencia energética tiene que ver con el modo en que generamos el calor o el frío de la casa. Pero en realidad son las pérdidas o las entradas indeseadas de calor las que ponen de manifiesto si la energía se derrocha o no. Por eso La Casa que Ahorra tiene un aislamiento optimizado en sus fachadas, cubiertas y huecos acristalados.

Diseño eficiente

Las pérdidas o entradas indeseadas de calor en nuestras casas se producen sobre todo a través de sus muros y cubiertas. Cuanto mayor sea la superficie expuesta de estos cerramientos con respecto al volumen total interior de la vivienda, mayor será también el riesgo de despilfarro de energía. Por eso, en la medida de lo posible, conviene optar por diseños compactos reduciendo también al máximo los elementos que sobresalgan del edificio.

Orientación estratégica

Una casa correctamente orientada se calienta gratuitamente en invierno gracias al sol, o se mantiene fresca en verano con menos demanda de aire acondicionado. Cada zona geográfica tiene su clima y las casas deben adecuarse a éste desde el inicio de su proyecto, tanto si trata de nueva construcción como si se va a rehabilitar una existente.

Ventilación controlada

Una casa que ahorra tiene un ambiente saludable y sano y para ello necesita una correcta renovación de aire, controlada y suficiente. El fallo más habitual son las fugas de aire incontroladas, normalmente en los puntos de ensamblaje entre ventanas, fachadas, estructuras y otros elementos constructivos.

Construida con materiales sostenibles

De nada sirve que la casa ahorre energía si los materiales que la forman son insostenibles. La casa que ahorra ha de tener una "huella ecológica" conocida y reducida. Para ello debe ser construida con materiales respetuosos con el medio ambiente a lo largo de toda su vida útil.

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