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Tu Casa: aquí es donde empieza todo

En España, cada una de nuestras viviendas emite 14 kilos diarios de CO2 a la atmósfera, o lo que es lo mismo, 5 toneladas al año. Esta realidad se debe, principalmente, a la energía que consumimos, cuya factura asciende media a 700 euros anuales por hogar. Habrá quien piense que es mucho; otros que no tanto. Pero lo que está claro es que es una cifra que daña el medio ambiente. Es necesario pasar a la acción y ahorrar energía.

Ahorrar no significa sacrificarse. Reducir nuestra demanda de energía no implica tampoco pérdida de calidad de vida, sino eliminación del despilfarro. Ahorrar no implica en ningún caso perder bienestar. Si conseguimos que nuestras viviendas nuevas o aquellas que van a ser rehabilitadas sean más eficientes, estaremos ahorrando dinero en nuestra factura energética, casi sin percibirlo.

Una Casa que Ahorra no es algo lejano. Nuestra vivienda habitual puede convertirse en una, ya sea en el momento de comprar una nueva, al alquilar un inmueble o al modernizar la que ya poseemos. Los pasos son sencillos y los gastos que exige son recuperables a medio plazo.

¿ Cómo es una casa que ahorra ?

La Casa que Ahorra es tan confortable como una casa convencional, o incluso más, pero demanda entre un 70% y un 90% menos de energía.

Aislamiento óptimo

Tendemos a pensar que la ineficiencia energética tiene que ver con el modo en que generamos el calor o el frío de la casa. Pero en realidad son las pérdidas o las entradas indeseadas de calor las que ponen de manifiesto si la energía se derrocha o no. Por eso La Casa que Ahorra tiene un aislamiento optimizado en sus fachadas, cubiertas y huecos acristalados.

Diseño eficiente

Las pérdidas o entradas indeseadas de calor en nuestras casas se producen sobre todo a través de sus muros y cubiertas. Cuanto mayor sea la superficie expuesta de estos cerramientos con respecto al volumen total interior de la vivienda, mayor será también el riesgo de despilfarro de energía. Por eso, en la medida de lo posible, conviene optar por diseños compactos reduciendo también al máximo los elementos que sobresalgan del edificio.

Orientación estratégica

Una casa correctamente orientada se calienta gratuitamente en invierno gracias al sol, o se mantiene fresca en verano con menos demanda de aire acondicionado. Cada zona geográfica tiene su clima y las casas deben adecuarse a éste desde el inicio de su proyecto, tanto si trata de nueva construcción como si se va a rehabilitar una existente.

Ventilación controlada

Una casa que ahorra tiene un ambiente saludable y sano y para ello necesita una correcta renovación de aire, controlada y suficiente. El fallo más habitual son las fugas de aire incontroladas, normalmente en los puntos de ensamblaje entre ventanas, fachadas, estructuras y otros elementos constructivos.

Construida con materiales sostenibles

De nada sirve que la casa ahorre energía si los materiales que la forman son insostenibles. La casa que ahorra ha de tener una "huella ecológica" conocida y reducida. Para ello debe ser construida con materiales respetuosos con el medio ambiente a lo largo de toda su vida útil.

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