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Aislar bien la casa para ahorrar energía

Fuente: http://consumo.suite101.net/article.cfm/aislar_bien_la_casa_para_ahorrar_energia

Materiales, ventanas y cristales que reducen el gasto en calefacción

El recibo de la calefacción se rebaja al menos un 30% cuando la casa está aislada adecuadamente. Doble acristalamiento y persianas térmicas sirven para economizar.

El calor de la vivienda se escapa principalmente por los cristales, los perfiles de la carpintería de puertas y ventanas, los techos y las paredes. Pero hay soluciones que limitan los escapes energéticos y que nos permiten el ahorro de un 30% a un 40% en el recibo de la calefacción.

Doble acristalamiento, carpintería y persianas

Estudios sobre el gasto energético estiman que por las ventanas se puede perder hasta el 35% del calor interior de la vivienda. Pero un doble acristalamiento estándar reduce a la mitad las fugas de la calefacción con respecto a la ventana donde sólo hay un cristal. Por doble acristalamiento estándar se entiende la instalación que lleva dos cristales de 4 milímetros de grosor, separados entre sí por una cámara de 6 milímetros.

Existe, además, una modalidad reforzada, más perfeccionada, que rebaja un 40% los escapes que permite el doble acristalamiento básico. El precio de este nuevo sistema se multiplica por dos, aproximadamente.

Los materiales son básicos

El material de la carpintería también resulta decisivo. El PVC y la madera garantizan un buen aislamiento. Pero no sucede lo mismo con el aluminio, salvo que incluya la llamada "rotura de puente térmico", en realidad una lámina de resina de poliamida que asegura un mayor hermetismo. Y, aunque no se suele tener demasiado en cuenta, el modo de apertura de las puertas de terraza y ventanas juega un papel fundamental; las batientes y oscilobatientes (se abren a un lado o hacia arriba, como se desee) pierden menos calor que las correderas: basta con poner la mano en los raíles para comprobar cómo penetra el frío del exterior por la perfilaría.

No nos olvidemos de las persianas. El mercado ofrece modelos de persianas térmicas que protegen del frío, del calor y del ruido, gracias a una capa de poliestiereno o de poliuretano. Sin embargo, la persiana más sofisticada no serviría de nada si no se acondiciona la caja superior donde se aloja; para potenciar su eficacia, conviene forrarla de un material aislante, como corcho o fibra de vidrio, y sellar bien después las juntas con silicona.

Paredes y techos, los grandes olvidados

Si la construcción del edificio no es la adecuada, se impone colocar en techos y paredes unas placas aislantes, sean de fibra de vidrio, de lana de roca o de poliexpán, el material más económico. Según los cálculos profesionales, por el techo se pierden aproximadamente el 15% de las calorías y por el muro exterior en torno al 20%.

No se libran de estas fugas los pisos, ni siquiera los que están rodeados de otras viviendas por arriba, por abajo y por ambos lados. Se estima que por las paredes medianeras que se comparten con otros vecinos se escapa entre un 20% y un 30% del calor.

Pequeños-grandes aliados

Todas las soluciones que hemos planteado hasta ahora requieren una reforma, la intervención de profesionales especializados y una inversión de dinero. Pero hay también opciones sencillas, caseras, más baratas y no por ello menos efectivas, ya que ahorran al menos un 10% del gasto energético.

Una de las más comunes son los burletes de distintos grosores, que se colocan en las puertas y ventanas y que deben cambiarse cuando empiezan a deteriorarse o a desplazarse. En el caso de que haya alguna puerta por cuya rendija inferior se cuele una corriente de aire, resulta muy práctico poner en el suelo un "rulo", esas piezas textiles alargadas, que generalmente llevan un relleno de gomaespuma y como base algún material pesado (serrín, arroz, barra de metal...) para que no se mueva.

Aislantes eficaces

Otras ya eran conocidas por nuestros abuelos. Ellos utilizaban las alfombras como un eficaz aislante y ponían en las ventanas y puertas de balcones cortinas de telas gruesas para evitar que penetrara el frío del invierno. Evidentemente, durante el día hay que dejar pasar la luz y el sol, un gran calefactor gratuito, y al anochecer cerrar las cortinas y bajar las persianas para aislar mejor la casa.

Y, por supuesto, conviene añadir que el termostato de la calefacción no debería superar los 20º, una temperatura que nos permite sentirnos a gusto. Recordemos que por cada grado que se suba, el importe del recibo de la calefacción aumenta entre el 7% y el 10%